miércoles, 2 de mayo de 2012

Filosofía.

Hoy en día la filosofía es necesaria porque el hombre al cuestionarse la existencia, al sentir dudas, miedos, inseguridades, al preguntarse el por qué de todo se va haciendo libre y a la vez crea un compromiso con el “ahora” al descubrir su finitud, como decía Feinmann en su programa.
            Las preguntas que abarca este “amor por la sabiduría” son muy variadas. El hombre puede filosofar con cosas cotidianas, con cosas que consideras extrañas, nuevas, con la vida, la muerte, etc.

            Hay un episodio de Futurama llamado “A Clockwork Origin” (El Origen Mecánico) en el que el Profesor Farnsworth intenta demostrar la Evolución a cierto grupo que la negaba. Fracasó en el intento y al estar harto de tanta ignorancia decidió mudarse a un asteroide deshabitado en el cual suelta unos pequeños robots que él había creado para purificar el agua de dicho astro. Al día siguiente se encuentra con que había plantas, árboles y extraños animales, todos de metal. Los robots eran de una inteligencia muy avanzada y lograron “evolucionar”. Días después el profesor decide volver a La Tierra para mostrar dicho descubrimiento y así aseguró que la evolución es posible pero que también se necesitó de un “empujoncito”, como él cuando creó a los robots.
            Yo como cristiano creo que el “empujoncito” del cual habla Farnsworth sería lo que llamamos Dios. La vida existe quizá por una razón que quizá llegamos a entender del todo pero si nuestro Creador nos trajo aquí primero en vez de llevarnos directamente a la Otra Vida, debe haber sido por algo. Estamos aquí y ahora para vivir esta vida.
            Feinmann en su programa también citó a Sartre con su frase: “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. Yo creo que más bien, el hombre es lo que hace con lo que intentaron hacer de él, ya que las cosas que nos influyen son demasiadas: la familia, los amigos, la televisión, la música, los compañeros, el trabajo, etc. Todos esperan algo distinto de nosotros pero tarde o temprano un hombre libre y seguro de sí mismo termina eligiendo el camino que a él le parezca el adecuado.
Si las dudas dejaran de existir arrastraría con ella a la filosofía, por eso nunca podremos respondernos por qué existimos, por qué somos humanos o por qué hay algo y no más bien nada. Pero somos libres de cuestionar nuestra existencia, nuestra finitud, nuestra espiritualidad.
El hombre es un ser social, necesita de las demás personas. Podemos amar, odiar, estar tristes, estar alegres, cantar, dibujar, crear y éstas son las pruebas que necesito para saber que somos seres espirituales. Si el hombre busca la inmortalidad, lo conseguirá dejando en este mundo sus obras en trascendencia (artísticas o de caridad), sin importar la existencia o no de ese lugar llamado Más Allá.