Hoy en día la filosofía es necesaria porque el hombre
al cuestionarse la existencia, al sentir dudas, miedos, inseguridades, al
preguntarse el por qué de todo se va haciendo libre y a la vez crea un
compromiso con el “ahora” al descubrir su finitud, como decía Feinmann en su programa.
Las preguntas que abarca este “amor
por la sabiduría” son muy variadas. El hombre puede filosofar con cosas
cotidianas, con cosas que consideras extrañas, nuevas, con la vida, la muerte,
etc.
Hay un episodio de Futurama llamado
“A Clockwork Origin” (El Origen Mecánico) en el que el Profesor Farnsworth
intenta demostrar la Evolución a cierto grupo que la negaba. Fracasó en el
intento y al estar harto de tanta ignorancia decidió mudarse a un asteroide
deshabitado en el cual suelta unos pequeños robots que él había creado para
purificar el agua de dicho astro. Al día siguiente se encuentra con que había
plantas, árboles y extraños animales, todos de metal. Los robots eran de una
inteligencia muy avanzada y lograron “evolucionar”. Días después el profesor
decide volver a La Tierra para mostrar dicho descubrimiento y así aseguró que
la evolución es posible pero que también se necesitó de un “empujoncito”, como
él cuando creó a los robots.
Yo como cristiano creo que el
“empujoncito” del cual habla Farnsworth sería lo que llamamos Dios. La vida
existe quizá por una razón que quizá llegamos a entender del todo pero si
nuestro Creador nos trajo aquí primero en vez de llevarnos directamente a la
Otra Vida, debe haber sido por algo. Estamos aquí y ahora para vivir esta vida.
Feinmann en su programa también citó
a Sartre con su frase: “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”.
Yo creo que más bien, el hombre es lo que hace con lo que intentaron hacer de
él, ya que las cosas que nos influyen son demasiadas: la familia, los amigos,
la televisión, la música, los compañeros, el trabajo, etc. Todos esperan algo
distinto de nosotros pero tarde o temprano un hombre libre y seguro de sí mismo
termina eligiendo el camino que a él le parezca el adecuado.
Si las dudas dejaran de existir arrastraría con ella a
la filosofía, por eso nunca podremos respondernos por qué existimos, por qué
somos humanos o por qué hay algo y no más bien nada. Pero somos libres de
cuestionar nuestra existencia, nuestra finitud, nuestra espiritualidad.
El hombre es un ser social, necesita de las demás
personas. Podemos amar, odiar, estar tristes, estar alegres, cantar, dibujar,
crear y éstas son las pruebas que necesito para saber que somos seres
espirituales. Si el hombre busca la inmortalidad, lo conseguirá dejando en este
mundo sus obras en trascendencia (artísticas o de caridad), sin importar la
existencia o no de ese lugar llamado Más Allá.
2 comentarios:
Primera vez que entro al blog. La verdad muy bueno, me gusto mucho y deja la pregunta: ¿x q no habré entrado antes? Siendo q veáa siempre el link en el msn... Mauri!
Jajajaja muchas gracias por visitarme y me alegro que te haya gustado. Un saludo top :)
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